Por: sede Quebradanegra
Había una vez un pollito Crespo y vivía con muchos más pollitos y gallinas. En total eran 60 y un ser humano los cuidaba. Se trataba de una niña llamaba Luisa quien los quería mucho. En el día las gallinas mantenían sueltas y por la noche entraban en un corral donde no entraba ningún otro animal y no les salpicaba agua.
Una tarde muy fresca de repente comenzó a llover y el pollito Crespo estaba muy lejos del corral para escabullirse, entonces empezó a correr y como era tan fuerte la lluvia se fue quedando sin fuerzas, pero siguió corriendo hasta que llegó a la parte de atrás de la casa de Luisa.
Cuando Luisa estaba entrando los pollitos al corral para que no se mojaran, sólo contó 18 y eran 19, el que faltaba era el pollito Crespo. Comenzó a buscarlo por todas partes y se fue para la parte de atrás de la casa y entonces lo vio, muerto. Lo cogió y fue y se lo mostró a su papá y a su mamá. El papá le dijo que lo tirara a un potrero y lo tomó para examinarlo: no estaba tieso.
La mamá dijo: “el pollito aun está vivo, porque no está tieso”. Se fue para la cocina y lo baño con agua tibia. El pollito se movió. Luego puso un trapo en el horno para arropar al pollito y poco a poco, se veía con más esperanzas de vida. Le dieron comida y sobrevivió. Entonces el pollito Crespo ahora se llama Finado.
Comments